PASCUA EN SUESA

lunes, 20 de abril de 2009

Hemos vivido la Pascua en el Monasterio de Monjas Trinitarias de Suesa (Cantabria). Venimos encantados de lo vivido allí, de lo que hemos vivido personalmente pero también del ENCUENTRO, palabra que ha comenzado a tomar un nuevo significado desde hace un tiempo, ¿verdad?. Vamos siendo conscientes de que el Señor se sigue haciendo presente en la vida de cada hermano, y en el encuentro con cada persona. Las hermanas nos invitaron, desde el momento de la acogida, a vivir una Pascua desde la SENCILLEZ, buscar desde lo sencillo; de ahí, el símbolo que eligieron para estos días: una sencilla tazá de café -algo que compartimos en lo cotidiano de cada día y que también representa la idea de no ir por la vida "lleno de uno mismo" para poder "llenarla de CONTENIDO, dejarse llenar, de sencillez, de profundidad que conduce a la oración..."-. Y nos quedó esta pequeña historia que ayuda a reflejar esta idea de la taza vacía: Una discípula fue a ver a su maestra. Mientras la discípula hablaba y preguntaba sin cesar, la maestra preparó un té. Encendió el fuego, hirvió el agua, dispuso las tazas y después de dejar reposar las hierbas, sirvió a la discípula que no había dejado de hablar ni de preguntar sin darle tiempo a responder. La anciana empezó a verter agua en la taza hasta que se derramó por el borde, quemando la mano de la discípula. Ésta reaccionó irritada: "Maestra, ¿qué haces?". La maestra respondió: "Estás tan colmada de tu propia agua que no puedes recibir la mía". El lema que nos acompañó fue "¡Elige la vida!": leyendo el texto Dt 30, 15-20, las hermanas nos invitaban a descubrir que "está en cada una, en cada uno la posibilidad de elegir la vida, de escoger la senda que plenifica; que los caminos sean duros o difíciles no significa que sean imposibles de recorrer. Dios coloca en cada corazón la fuerza necesaria, las armas suficientes para afrontar el recorrido".

"Te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando a Yaveh tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a él; pues en eso está tu vida". (Dt 30, 19-20) con cariño,
Juanan y Marián

SUS HERIDAS NOS HAN CURADO…VIVE.

viernes, 17 de abril de 2009

El Crucificado vive y eso nos llena de una alegría que es imposible de contener. Nosotras podemos decir que pasó el extremo de la entrega el Jueves Santo, que ha pasado el dolor que cruje el hondón de Viernes Santo y ese silencio sabático que asombra y deslumbra y sobre todo nos gozamos en el paso del Señor que nos hace nuevas en la alegría desbordante que nace de la fe y el amor . El anuncio de la Resurrección y de que el vive en medio de nosotras no podemos pararlo como es imposible parar la primavera ¿acaso podemos parar los brotes de vida que están surgiendo en el campo? ¿Acaso podemos poner la mano e impedir que el sol salga cada mañana? … Hay cosas que nos sorprenden por su intensidad y tienen la capacidad de mover nuestra tierra… Nosotras podemos decir que durante estos días en la Sierra de Francia (Salamanca) Jesús ha salido a nuestro encuentro bajo mil y un disfraces que han tocado nuestro corazón desde el compartir sencillo de las gentes de estos pueblos. Es el disfraz de lo sorprendente que ha dejado ante cada una de nosotras un espectáculo asombroso que ha tocado y ha afectado nuestro corazón y nuestra vida. No tengo ni plata ni oro, te doy lo que tengo: en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar; Creo que esa es la experiencia más honda que resume nuestra vivencia, el compartir con gente sencilla y que vive muchas veces arraigada a tradiciones pero que vive convencida de que Dios está presente en toda su vida, y eso es lo que nos han regalado y nosotras hemos gozado y hemos regresado con el corazón lleno de Dios para seguir ofreciendo cada una lo poquito que está en nosotras, porque Él vive a nuestro lado. ¡¡ ALELUYA, CRISTO HA RESUCITADO !! ¡¡ ALELUYA, CRISTO VIVE HOY !!
Un abrazo,
Mª Angeles

PASCUA FAMILIA TERESIANA AVILA 2009

“Yo no quiere que claven a Jesús”, con estas palabras tan inocentes a la vez que profundas e impresionantes, Jess, el más pequeñín de los Ejercicios - Pascua de la Familia Teresiana, Ávila 2009, nos hizo sonreír, pensar y orar en la celebración preparada por los niños a la que fuimos invitados los adultos el Viernes Santo.
Esta sencillez, familiaridad y hondura han marcado todo lo vivido estos días de Semana Santa para los que hemos asistido a los Ejercicios-Pascua de la Familia Teresiana. Y para ocuparse, cuidar y facilitar la experiencia de la pascua a los 7 niños (Jess e Isabel, Pablo y Nicolás, Yin, Ángela y Mar) estuvieron Brenda, Carmen y Inma. Para mí ha sido una experiencia muy bonita, ya que he podido acompañar a los niños en el camino de la fe, de transmitirles lo que nos quiere Dios a través de su hijo Jesús, y la necesidad de estar “Conectados” a él. La felicidad que se veía en la cara de los niños, las oraciones y las celebraciones compartidas con los mayores, han sido un regalo fuera de lo habitual, ya que a esto no le dedicamos mucho tiempo en nuestro vivir de cada día. Mi tarea en estos día ha sido la de ser mediación, entre el grupo de ejercicios y el grupo de niños. Creo que el objetivo ha quedado altamente conseguido.
Pero lo esencial ha sido que se ha cumplido el “nombre” de a lo que hemos sido convocados: Ejercicios- Pascua para la Familia Teresiana. El sentimiento (y realidad) de familia ha sido patente todo el tiempo, desde la confianza con la que compartíamos en las oraciones y la sinceridad en las evaluaciones, hasta el detalle de que en las comidas nos sentábamos mezclados y cualquiera se ocupaba de que los niños comieran o de cortarles el filete. Los pequeños no echaban de menos a sus padres, pero en cuanto les veían salían corriendo a contarles qué habían hecho, por que no han estado en una “guardería”, guardaditos para que no molestaran a los mayores que hacíamos nuestras cosas tan serias, sino en una Pascua Familiar y a su nivel han vivido el misterio de amor de estos días, han tenido sus oraciones, sus celebraciones, sus fichas de trabajo,… y por supuesto sus juegos, excursiones y paseos. Para todos ha sido un gozo vivir la Pascua con los niños, especialmente para los padres pues no hay muchas posibilidades de tener experiencias tan ricas en familia. Todos hemos experimentado que el concepto Familia Teresiana es mucho más que una idea o un sueño de S. Enrique, es ya una realidad que vivimos con naturalidad y alegría, como don que hemos recibido y acogemos con cariño y corresponsabilidad. Sólo nos queda decir, el año que viene: “Ven y lo verás”,… compartir, orar, sonreír, disfrutar….
Un abrazo
Inma

FELICES PASCUAS

miércoles, 15 de abril de 2009