Esta comunicación nos llegó en verano... pero se perdió y hasta hoy no la hemos recuperado. ¡Gracias Cuca!
A finales de julio tuve la suerte de acompañar a un grupo de jóvenes universitarios a vivir una experiencia diferente; un campo de trabajo en Algeciras.
La experiencia consistía en "vivir" y "estar". Nos invitaban a vivir el día a día en una casa de acogida para hombres y mujeres, daba igual de donde, cómo, quién, una casa siempre abierta, un lugar donde todo el mundo tiene una cama, una silla, y por supuesto un palto.
Nunca imaginé la experiencia tan bonita de encuentro, de acogida, de aceptación profunda que iba a sentir al estar con esos chicos, al escuchar su vida y al sentirme tan en mi casa.
Recuerdo con mucho cariño las charlas, las oraciones comunes, la vida puesta encima de la mesa, el derroche de sonrisas, las comidas y paseos compartidos; parecía que nos conociéramos de siempre, unidos por el mismo Dios.
Este es mi gran regalo de este verano y cómo no, compartirlo con vosotros y vosotras. Compartir la vida con gente tan distinta y no sentir las diferencias. He tocado África con la punta de los dedos, pero también con la vida.!!! un beso muy fuerte. Cuca
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